NAURA
«Una reflexión sincera sobre las contradicciones de la sociedad actual»
«La autopsia de una época. Una voz sin silenciador»
Una novela irónica sobre las afecciones del hombre moderno
GONZALO MONTES AMAYO
Gonzalo Montes Amayo nació en 1973, año de la primera crisis del petróleo, presagio de su futura profesión como asesor de compañías con problemas financieros. Compagina esta actividad con la docencia; es profesor de universidad y diversos masters, y la literatura, que cayó en su poza a los once años con su primer premio literario por el relato «Las cosas se revolucionan», pasión de la que todavía continúa tragando su agua.
Es miembro honorífico de la generación X, club que se distingue por la indudable capacidad que tienen sus miembros para adaptarse a los nuevos retos de la sociedad, pero también por la ausencia de un sueño colectivo que les permita avanzar en una misma quimérica dirección.
¡Encantado de verte por aquí!
Alejandro, un ejecutivo de un Fondo de Inversión, recibe una llamada inesperada que le invita a una fiesta de disfraces. Una semana después y, a pesar de sus dudas iniciales, Alejandro se presenta en la fiesta disfrazado de drugo para reencontrarse con sus amigos de la infancia, algún que otro desamor, y rememorar, junto a ellos, la juventud perdida. A medida que la noche avanza, el efecto desinhibidor del alcohol y las drogas ayudan a que el protagonista, un profesional de éxito, se nos presente como un espíritu enjaulado que ha convertido su vida en un viaje de ida y vuelta entre un pasado indecoroso y un futuro incierto.
El protagonista, a través de trece capítulos, con trece amigos (este número tiene una simbología especial para la novela.) y la noche como telón de fondo, se erige como una figura resonante de nuestro momento en el mundo. La obra, por otro lado, trata cuestiones tan actuales como la pérdida de los valores de la sociedad contemporánea o la zozobra del hombre moderno, y ahonda en las contradicciones de un sistema financiero que nos ha permitido alcanzar unas altas cotas de bienestar, pero que, a la vez, nos arrastra a vivir como norias que giran a través de un único eje y, al mismo tiempo, nos hace dudar sobre la existencia del verdadero e individual libre albedrío.
En resumen, Naura es una radiografía del presente, pero también de tópicos y lugares comunes (la amistad, los amores perdidos, el paso del tiempo, los sueños truncados de una generación, la música como símbolo grupal…). Alejandro no deja de ser un personaje vacío, en ocasiones canalla, atrapado por los dilemas de orden ético que le (nos) acosan. Y he ahí lo novedoso, el protagonista camina como nosotros, con dos piernas, porque un retrato reiterado (aunque en este caso, poliédrico) no tiene que ser por necesidad redundante.